Por Luis Sapaj, Gerente CircularHR-Fundación Chile (LinkedIn)
La formación continua es clave para la sostenibilidad de cualquier negocio, y las pymes no son la excepción. Muchas veces se cree que capacitar a los equipos es un privilegio de las grandes compañías que cuentan con más recursos, pero la realidad es que las pequeñas y medianas empresas requieren aún más de este esfuerzo para mantenerse competitivas en mercados dinámicos y altamente digitalizados.
El dilema suele estar en cómo compatibilizar los recursos limitados con la necesidad de capacitación. Sin embargo, no invertir en formación puede ser más costoso a largo plazo, ya que capacitar es una palanca de crecimiento eficaz, directo y tangible.
En un mundo hiperconectado, en el que la digitalización redefine constantemente los modelos de negocio, resulta todavía más evidente la urgencia de adquirir nuevas competencias. El estudio “Digitalización del Trabajo en Chile”, realizado en conjunto por Entel Digital, la Cámara Nacional de Comercio, Fundación Kodea y OTIC Sofofa, reveló que existe una brecha relevante en cuanto a digitalización entre grandes empresas y pymes en nuestro país. Esto se materializa en que, por una parte, el 74% de las organizaciones de mayor tamaño afirmó tener un plan de digitalización continuo, mientras que solo el 50% de las pymes declaró lo mismo.
El fortalecimiento del talento digital es un énfasis que hay que tener, pues en el mismo estudio se mostró la importante brecha en capacitación de habilidades digitales entre los trabajadores de Chile, ya que solo un 39% de las pymes evidenció contar con programas para el desarrollo de competencias digitales, por el 55% de las grandes empresas.
La capacitación digital no se limita al uso particular de un software o la adquisición de una herramienta de pago. Abarca desde la alfabetización tecnológica básica hasta el manejo de herramientas avanzadas de análisis de datos, comercio electrónico o automatización de procesos. Además, es un factor clave para atraer y retener talento joven, que demanda entornos de aprendizaje continuo, y para acompañar a trabajadores de más edad que requieren actualización para no quedar fuera del mercado laboral. No es casualidad que un 93 % de los trabajadores chilenos reconozca que contar con habilidades digitales será esencial en los próximos diez años, tal como apunta el mismo estudio.
Por supuesto, para una pyme los recursos nunca sobran. Pero hoy existen múltiples alternativas accesibles: desde franquicias tributarias que permiten descontar parte de la inversión en capacitación, hasta plataformas de formación en línea gratuitas o de bajo costo, como edX, LinkedIn Learning. También está Talento Digital para Chile, iniciativa pública-privada que busca la reconversión de capital humano dentro de la economía digital, como una gran vía de apoyo a la digitalización.
Por eso, lo que hace la diferencia es la disposición de los líderes a considerar la capacitación como parte estructural de la estrategia del negocio, y no como un gasto prescindible. La sostenibilidad de las pymes no depende únicamente de acceder a financiamiento o innovar en productos. Depende, sobre todo, de las personas. Apostar por la formación continua —en habilidades técnicas, digitales o de liderazgo— es hacerlo por el futuro de la empresa; y el costo de no hacerlo puede ser mucho mayor.
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¿Hasta que punto la formación es rentable?
Pregrado, postgrado, doctorado… para que después lo tilden de «sobrecalificado»