Por: Fernando Ripoll G. / Ingeniero Comercial UGM (LinkedIn)
Los que trabajamos en el mundo de la consultoría tecnológica y debemos responder frente a los clientes, tenemos que tener muy claras las limitaciones y lo que Es o No Es cada una de las herramientas que proponemos para atender a las variadas necesidades. Una razón muy clara para ello, y que resulta fundamental para establecer vínculos sanos de largo plazo, es la Credibilidad y Confianza, que como resultado debemos desarrollar para tener una relación comercial fluida y sana.
Así, uno de los temas en boga en estos meses, y quizás por un largo tiempo, es el término LLM (Large Language Model) , cuyo exponente más popular es Chat GPT, se ha convertido en parte de la conversación empresarial, tecnológica y mediática. Sin embargo, junto con el entusiasmo también hay confusiones sobre qué es exactamente un LLM y qué no deberíamos esperar de él, de cara a establecer expectativas alcanzables en nuestros clientes.
¿Qué es un LLM?
- Un modelo matemático entrenado en lenguaje: Un LLM es una red neuronal de gran escala entrenada con cantidades masivas de texto para identificar patrones, probabilidades y relaciones entre palabras y frases. En definitiva, es un sistema estadístico avanzado que maneja una enorme cantidad de variables, pero estadístico al fin, y por lo tanto probabilístico, donde no sólo encuentra patrones entre letras para formar, palabras, sino que también lo hace con frases y textos completos que tienen una correlación estadística entre ellas de manera que el texto generado sea «coherente».
- Un generador de lenguaje natural: Su fortaleza está en producir texto «coherente», responder preguntas, resumir información y asistir en tareas que involucran lenguaje humano, siempre desde la perspectiva de las probabilidades y basado en las fuentes de información disponibles o las que ha sido alimentado.
- Una herramienta de productividad: En el contexto empresarial, puede automatizar redacción de documentos, análisis de datos no estructurados, atención a clientes y generación de «ideas», las que de una manera forman parte del set de datos con que se alimentó y por lo tanto al sistema «le hace sentido» proponer en términos de probabilidades de coherencia del texto final.
- Un habilitador de innovación: Bien integrado, con puede ser el motor de nuevas soluciones en áreas como soporte técnico, ventas B2B, gestión del conocimiento y más.
¿Qué «No Es» un LLM?
- No es inteligencia general: Aunque pueda “sonar” inteligente, un LLM no razona ni entiende el mundo como una persona. Opera con correlaciones estadísticas, no con consciencia y por lo tanto no crea nada, sólo recicla datos y los combina de forma coherente (desde su perspectiva probabilística), restringido sólo a las fuentes de datos a los que tiene acceso.
- No es infalible: Puede generar errores, inventar datos (llamadas “alucinaciones” o Extrapola datos faltantes para llenar alguna laguna) o presentar sesgos heredados de sus datos de entrenamiento, causando más de algún problema, por lo que el juicio humano experto es necesario. Su rol es comunicarse en clave humana desde la forma, no desde el fondo.
- No es autónomo: Por sí solo no toma decisiones estratégicas ni reemplaza el criterio humano. Es un asistente, no un sustituto de la experiencia y juicio profesional que debe ser supervisado, por lo que no puede ser Autónomo.
- No es magia: No tiene acceso a conocimiento universal ni a información en tiempo real (a menos que se conecte a fuentes externas), y además no discrimina que información es verdadera o falsa y por lo tanto las propuestas pueden adolecer de errores desde el origen o por falta de actualización.
¿Dónde está el verdadero valor de un LLM?
Entonces, la clave no está en «vender» el LLM como si fuera un oráculo, sino en aprender a usarlo estratégicamente: conocer sus limitaciones e integrarlo en procesos donde agregue «valor», entrenarlo con datos propios (validados) y acompañarlo de la supervisión humana que le de sentido y confiabilidad en el contexto de la estrategia de una compañía.
Un LLM no es el fin, sino un medio: un acelerador de eficiencia y creatividad para quienes conociendo sus limitaciones y su negocio, saben formular las preguntas correctas cuyas respuestas darán valor a nuestros clientes.